¿De qué está compuesta la eyaculación femenina?

Ya hablamos en variadas ocasiones sobre la eyaculación femenina o squirting, de lo que es, de cómo surge, cómo se siente... pero no hemos ido al asunto más "químico" de la historia. Vamos a tratar de responder a la pregunta ¿De qué está compuesta la eyaculación femenina?

¿De qué está compuesta la eyaculación femenina?

Este líquido tan misterioso emana de la esponja uretral. Unas glándulas producen el líquido y se expulsa por la vagina a través de la uretra. Para que se produzca la eyaculación femenina es fundamental que haya una estimulación en el punto G, el cual toca la uretra. Y he ahí el motivo por el cual se produce una sensación de ganas de orinar. Chicas, os suena, ¿verdad?

Pues cuando sintáis estas ganas de miccionar durante el coito, no temáis, realmente no existe el riesgo de que os meéis en la cama, sino que existe la posibilidad de que eyaculéis. Esta capacidad no la tienen todas las mujeres, o al menos, se requiere de un gran entrenamiento. Cada mujer es un mundo y cada cuerpo reacciona de una manera.

Al squirting se le llama también "líquido prostático", porque aunque las mujeres no tengamos próstata, su composición es muy similar a la del semen, salvando que, evidentemente, no contiene espermatozoides.

Otra cuestión importante y de sumo interés: La cantidad. Acostumbramos a ver en las películas porno a actrices que eyaculan como si fueran auténticos chorros de fuente, eyaculando de forma exagerada, pero efectivamente, tiende a exagerarse. La eyaculación femenina depende del número de glándulas que la mujer tenga, pues no todas tenemos las suficientes para que esto sea perceptible. Hay chicas que pueden eyacular la cantidad de una cucharada y otras podrían llenar una taza de café o un vaso de agua.

Si queréis conocer un poco más acerca de la historia sobre el squirting, os recomendamos este enlace con interesantes datos al respecto de la eyaculación femenina: Historia del squirting.

Desde el sex shop Melopasogoma.com os animamos a dejaros llevar y sentir esta sensación, a comentarlo con la pareja, investigar y conocer a fondo el propio cuerpo. A estimular el punto G y dejarse llevar por la sensación, alcanzando o no una eyaculación. Ojo, no necesariamente la eyaculación va acompañada de orgasmo, pero se trata de una sensación placentera y que merece la pena experimentar. Os recomendamos echar un vistazo a nuestra sección de juguetes eróticos para la estimulación del punto G y ayudaros a conocer mejor la respuesta del cuerpo femenino.