Fisting masturbación y placer extremo

El fisting o first-fucking es una atrevida práctica sexual que consiste en introducir de forma parcial o total la mano en la vagina o el ano, pudiendo realizarse tanto en los genitales propios como en los de la pareja. Se trata de una práctica considerada extrema que, por razones obvias, solo debe ser llevada a cabo por personas preparadas física y psicológicamente para ello, y que además conozcan muy bien la técnica pertinente.

Fisting masturbación y placer extremo

A la hora de introducir la mano en la zona genital, podemos adoptar distintas posiciones. La denominada silent duck es la más recomendable para iniciarse en esta práctica. En ella, la mano hace la forma del pico de un pato, de manera que su introducción se realiza de forma más o menos progresiva, suavizando el primer impacto.

Otra posición bastante común es la llamada doble fist o rezo de lado. En este caso, y como su propio nombre indica, las manos se colocan en la clásica posición de rezo, es decir, palma contra palma, pero con la diferencia de que aquí adoptan una posición horizontal, dando como resultado un conjunto plano pero igualmente ancho.

La postura más avanzada representa la letra T en el lenguaje de señas americano. Para ello, se cierra el puño, sacándose únicamente el pulgar entre el dedo índice y el dedo medio. De este modo, el grosor de la mano va también de menos a más, favoreciendo una ligera progresión en la penetración.

Algunas personas se aventuran incluso a ir un poco más allá practicando la variante denominada braquioprosis, en la que se introduce no solo la mano, sino también parte del brazo por el ano.

Para practicar el fisting en cualquiera de sus modalidades convendrá tener mucho cuidado, especialmente en el caso del fist-fucking anal. En muchas ocasiones, el esfínter interno no se dilata de forma voluntaria, por lo que habrá que introducir muy poco a poco la mano o el brazo si no queremos sufrir o producir a nuestra pareja un intenso dolor. No en vano, si no se dilatan previamente los músculos de la zona podríamos llegar a producir graves perforaciones en el intestino, así como dolorosos desgarros anales. Para evitar esto, podemos ayudarnos de todo tipo de dilatadores y relajantes anales.

Por otra parte, tanto el fisting vaginal como el anal exigen la toma una serie de precauciones complementarias, como prescindir de cualquier anillo, piercing o accesorio en la mano que pueda dañar la zona genital o usar siempre un buen lubricante sexual que facilite la fricción. También es recomendable usar guantes de látex (o nitrilo si este material nos produce alergia) y limpiar adecuadamente nuestras zonas íntimas tanto antes como después de la práctica sexual.

Si nunca has experimentado el fisting y te gustaría tener una primera experiencia, lo mejor que puedes hacer es utilizar un consolador puño, estos dildos hacen que sea mucho más fácil que utilizar la mano de verdad, no sólo tienen el nivel adecuado de firmeza y flexibilidad, sino que también carecen de uñas que pueden causar heridas en la delicada piel.