El Papanicolau o citología vaginal

Aunque su nombre (y más en estas fechas) nos recuerde al afable gordinflón que se cuela por nuestra chimenea para inundarnos de regalos, lo cierto es que el Papanicolau poco tiene que ver con Papa Noel o Santa Claus. La prueba de Papanicolau (también llamada citología vaginal) es un examen ginecológico al que se debe someter al menos una vez al año toda aquella mujer que haya iniciado su actividad sexual, dejando de ser necesario a partir de los 60 años.

El Papanicolau o citología vaginal

No obstante hay algunas mujeres que cuentan con más posibilidades de sufrir un cáncer de cérvix, y a las que se recomienda someterse con más frecuencia a la citología vaginal. Ellas forman parte del denominado "grupo de alto riesgo", compuesto por aquellas mujeres que:

- Mantienen sexo con muchas personas.
- Iniciaron su vida sexual antes de los 18 años.
- Han sufrido herpes o verrugas vaginales.
- Son fumadoras.
- Su madre tomó durante el embarazo estrógenos sintéticos o dietiltibestrol.

La prueba de Papanicolau sirve principalmente para prevenir y diagnosticar el cáncer de cérvix a través de la detección de cualquier tipo de célula anormal en el tejido del cuello uterino. Los resultados de este examen son muy fiables y a lo largo de los últimos años han ayudado a disminuir notablemente el número de muertes producidas por esta enfermedad.

La citología vaginal es una prueba bastante sencilla de realizar, aunque algo incómoda. Para llevarla a cabo, el ginecólogo, con la ayuda de una espátula, una esponja de algodón o un cepillo raspa con suavidad la superficie del cérvix para tomar una muestra de las células del cuello uterino.

Esta muestra es posteriormente enviada al laboratorio para un análisis exhaustivo. Un resultado negativo demostrará que el cérvix es normal y que la mujer se encuentra sana. En cambio, un resultado positivo alertaría de la presencia de células anormales, lo que no significaría necesariamente que se trate de un cáncer, pero sí que obligaría a realizar exámenes más profundos, como una biopsia del tejido uterino o una colposcopia.

Un resultado anormal también puede ser debido a una simple irritación o inflamación de la zona, pero también a displasias cervicales que, si no son tratadas, podrían derivar en un cáncer.

Ya sabes que, en materia de salud, cualquier precaución es poca, por lo que no dudes en realizarte de forma anual la prueba de Papanicolau y consultar a tu ginecólogo cualquier duda que tengas al respecto.