Fetichismo pies femeninos

Los pies son una parte del cuerpo tan abandonada como erótica, especialmente para las mujeres. Muchas mujeres tienen en su letargo una sensibilidad sexual en los pies sin desarrollar, que una vez que la descubren, ya no pueden vivir sin ella. Y si a esto se le suma un sentimiento dominante y sumiso a las partes masajeada y masajeadora, respectivamente, el resultado puede ser una bomba de relojería.

Fetichismo pies femeninos

Antiguamente, la mayoría de los juegos íntimos en pareja comenzaban con un masaje en los pies, y a día de hoy, en las relaciones que más abundan este tipo de masajes, son en las relaciones de dominación/sumisión, en las que el hombre adopta el rol de hombre sumiso, complaciente, a los pies -y nunca mejor dicho- de su señora.

En esta tipología de relaciones, se entiende un componente de humillación/sumisión consensuada y consentida por ambas partes en las que, el hombre en este caso -aunque puede tratarse a la inversa-, se pone al nivel de lo más inferior de la parte dominante, a sus pies.

Al tratarse de algo tan bajo y a la vez tan erótico, la persona dominante adquiere una supremacía sexual sobre la persona sumisa al recibir una adoración de pies que puede comenzar con el calzado puesto, besando y lamiendo sus zapatos, sandalias o botas, pasando por mil y una maneras de masajear los pies con las manos, con la lengua, e incluso con las partes íntimas. A través de este juego consigue la parte dominante una sensación de dominio y control, y de sometimiento y entrega por parte de la persona que adopta el rol sumiso.

La adoración de pies femeninos es una vertiente fetichista más común de lo que pueda parecer. De hecho, existen en la red infinidad de páginas con videos y fotos especializadas en los pies, dedicadas al sector de mujeres y hombres que gustan de una adoración de pies, pasiva u activa, según proceda con su rol.

Y ante todo, debemos partir de la premisa que la persona que gusta de un masaje de pies o algo más avanzado como es una adoración podal sin limitaciones, no es una persona rara ni depravada, simplemente se trata de un gusto erótico más.

Para hacer de estas relaciones un tanto tabúes algo más agradable, se debe partir de una comodidad inicial derivada de un buen cuidado de los mismos; asperezas limadas, uñas cortadas, pintadas, calzado bonito y sexo, y cremas y aceites especializados para facilitar y hacer del masaje y de la adoración de pies, un componente placentero más para las relaciones íntimas.