Pérdida apetito sexual

Los hombres y las mujeres funcionamos de manera muy distinta a la hora de demostrar nuestro deseo sexual, nuestras ganas de poner en práctica el sexo. En el caso de los hombres, éstos sienten un apetito sexual más constante e intenso, mientras que las mujeres son más concretas y puntuales, sin una apetencia erótica continuada.

Pérdida apetito sexual

Y muy a pesar de todos, y sobre todo de ellos, no siempre hay un punto común de libido sexual entre ambos. Cada persona es un mundo a la hora de excitarse. Muchos factores entran en juego para presentar un cierto grado de apetencia sexual: buena salud, tanto física como mental, buen estado de ánimo.

¿Qué suele ser motivo de choque a la hora de que dos personas converjan en sus estados de excitación?

Sufrir Depresión.

Estar triste o deprimido inhibe el deseo sexual de una persona. Y si ésta se encuentra a tratamiento, con más motivo aún, pues los fármacos antidepresivos afectan considerablemente al apetito sexual.

Sufrir estrés.

El estrés y la excesiva dedicación al trabajo disminuye hasta niveles negativos el deseo sexual, sumándole a ello la poca dedicación a la pareja que mantiene la persona que dedica la mayor parte de su tiempo al trabajo.

Cuestiones religiosas.

Las personas más aferradas a la religión, ya sea directa o indirectamente por reminiscencias educativas de la infancia, suelen sufrir sentimiento de culpa por tener deseos sexuales, lo cual va en contra de la educación anteriormente recibida. Esto provoca un alicaimiento sexual total.

Relación insatisfactoria.

Si la pareja no pasa por su mejor racha sentimental o de convivencia, o no es de lo más satisfactoria en la cama por falta de sincronización o falta de complementación en los gustos eróticos, es fácil que exista una desmotivación en la cama. En este caso deberán arreglarse los motivos para estimular las relaciones sexuales.

Por todo ello, es importante tener en cuenta que las mujeres, a la hora de la excitación, consiguen mantenerla durante mucho más tiempo y de una forma más amplia que el hombre, mientras que el hombre, aún estando más tiempo receptivo, debe mantener el miembro en erección para una relación sexual plenamente satisfactoria.

¿Qué hacer entonces? Para poner a tono a la mujer, basta con llevar a cabo un sutil juego de caricias y besos, ahí se inicia la receptividad femenina. Y a partir de ahí, la actitud activa de la mujer es lo que reactiva el resto del hombre.

Así pues, hagamos un vacío en nuestra mente, dejemos de lado los problemas y dejémonos llevar por el placer del sexo conjuntamente.