Hacer el amor en el agua

La primavera la sangre altera, los calores suben y en verano bajan. ¿Cómo? Pues fácil, en el agua. La playa, la piscina o un jacuzzi son los mejores lugares para rebajar calores en plena época estival.

Hacer el amor en el agua

El agua da muchas posibilidades a la hora de tener sexo sumergido, la movilidad se incrementa, los cuerpos pesan menos y permite probar posturas que en tierra son muy complicadas. Pero eso sí, se han de tener en cuenta varias cuestiones a la hora de hacer el amor en el agua:

- El mandamiento número uno del sexo acuático es la protección. Nunca te irás al agua con un compañero no habitual sin utilizar preservativo, y de ser así, haced un kit kat que le permita colocarse un preservativo a la orilla del mar, de la piscina o de la bañera. Y aseguraros cada poco de que el preservativo sigue en su sitio, no se ha roto ni se lo ha llevado el agua ni las olas, pues es normal que de ser así, por su tacto no os enteréis.

- El agua, por curioso que parezca, reseca la vagina. En estos casos, si hablamos de sexo bajo el agua programado, no está de más utilizar algún lubricante compatible con la vagina que evite dolores e incomodidades innecesarias.

- Mantener relaciones sexuales en lugares abiertos, como el mar o una piscina pública en un horario prudente y sin niños, hace que se corra el riesgo de ser vistos por miradas indiscretas. A algunos les dará morbo, y a otros les cortará el rollo por completo. ¿Qué hacer en este último caso? Buscar calas recónditas donde no haya nadie más y a altas horas de la noche.

El Kamasutra acuático dice que es más cómodo tener sexo en una piscina porque es más fácil apoyarse en las paredes o en las escaleras de la misma. En el mar hay que vigilar no dejar de hacer pie, es más complicado mantenerse en una postura sin que arrastre la marea. Además, la piscina da más juego en el sexo oral, pues se puede practicar cómodamente con uno sentado en el borde y el otro sumergido en el agua, y sin tragar la incómoda arenilla.

En resumidas cuentas, tan válida es una como otra opción, aunque si es por comodidad, la piscina se lleva casi todas las papeletas: da más posibilidades en cuanto a las posturas y es más segura en cuanto a la utilización del preservativo.