Sexo y obesidad

El acelerado ritmo de vida que llevamos en nuestro día a día hace que descuidemos cada vez más nuestra alimentación. Abusamos de la comida rápida e ingerimos alimentos poco saludables con demasiada frecuencia, lo que acaba derivando en sobrepeso y obesidad, un problema que afecta a nuestra vida sexual mucho más de lo que parece.

Sexo y obesidad

La obesidad influye negativamente en nuestra actividad sexual de muchas formas. De hecho, los desajustes del metabolismo y los altos niveles de colesterol y triglicéridos pueden producir en el hombre disfunción eréctil, además de suponer algunas dificultades para practicar sexo de forma cómoda. Del mismo modo, un exceso de grasa en el cuerpo impide una correcta circulación sanguínea, y provoca que el cuerpo produzca una menor cantidad de testosterona, la hormona encargada de activar nuestra libido.

Asimismo, al mantener sexo, las personas obesas pueden ver aumentado su ritmo cardiaco hasta niveles peligrosos, lo que en algunos casos hace que incluso sea desaconsejable la práctica del mismo.

Por otra parte, la obesidad también deriva en una baja autoestima en las personas que la padecen, que en muchas ocasiones evitan dejarse ver desnudas por vergüenza o miedo a no gustar a su pareja sexual, especialmente si ésta es desconocida.

Por ello es recomendable dejar a un lado los hábitos que producen la temida obesidad y acostumbrarse cuanto antes a mantener una vida saludable. Esto incluye la práctica regular de ejercicio, llevar una dieta rica en pescado, frutas y verduras, evitar en la medida de lo posible las grasas, etc.

El simple hecho de ver cómo perdemos peso provocará en nuestro organismo una serie de cambios químicos producidos por la subida de autoestima, lo que a su vez derivará en un aumento de nuestra capacidad sexual.

Hasta entonces, mientras desaparecen esos kilos de más, conviene tener en cuenta una serie de posturas sexuales que, por no resultar excesivamente exigentes, facilitarán la actividad sexual. Por ejemplo, si es el hombre quien tiene problemas de sobrepeso, lo mejor es que la mujer se ponga arriba o estén los 2 sentados. Si, por el contrario, es ella la que padece obesidad, es más aconsejable la clásica postura del misionero. Las posturas en las que ambos permanecen de lado también son muy recomendables en estos casos.

En cualquier caso, recuerda que no todo se basa en la penetración. El orgasmo también se puede alcanzar a través del sexo oral, la masturbación u otro tipo de estimulación sexual.

Y sobre todo, no olvides que la obesidad no es un problema estético, sino de salud. Lucha contra ella y practica el sexo en plena forma.