Operaciones de reconstrucción vaginal

Hay muchas mujeres que por diversos motivos no están satisfechas con el estado de su vagina. Por suerte, la cirugía íntima femenina ha avanzado mucho en los últimos años, lo que ha aumentado notablemente el número de intervenciones de reconstrucción y rejuvenecimiento vaginal, destacando especialmente las de labioplastia, vaginoplastia e himenoplastia.

Operaciones de reconstrucción vaginal

Las causas que pueden llevar a una mujer a someterse a una de estas operaciones son de todo tipo: incomodidad o dolor al llevar ropa ajustada, molestias durante la práctica de ejercicio físico, retraso o incapacidad para alcanzar el orgasmo o, simplemente, motivos estéticos que puedan restarle confianza a la hora de vestirse de forma sexy o incluso desnudarse ante otra persona.

Una de las intervenciones más comunes de cirugía íntima es la labioplastia. Esta operación se realiza con el objetivo de reducir el tamaño de los labios menores de la vagina, que a causa de la edad, de una vida sexual activa o de la maternidad pueden agrandarse y quedar colgados por fuera de los labios mayores. La labioplastia aumenta el relieve de los labios mayores, disminuye el tamaño de los labios menores y corrige las formas asimétricas, dando un aspecto mucho más estético y saludable a la parte exterior de la vagina.

Otra operación muy demandada es la vaginoplastia o rejuvenecimiento vaginal, cuyo fin es tonificar los músculos vaginales debilitados por el parto o la vejez para ofrecer una mayor presión en la penetración y aumentar así el placer de las relaciones sexuales. Puede practicarse mediante láser o con cirugía. Para ello se realizan dos incisiones en el interior de la vagina, se recorta y extrae una pequeña franja de tejido mucoso y luego se unen los bordes mediante sutura. En los casos que presenten una flacidez mayor, se realiza también un pliegue de los músculos expuestos en estas incisiones para que éstos aumenten su capacidad de tensión.

Por último, queda la himenoplastia, que se practica para reparar el himen de la mujer con la intención de recuperar su aspecto anterior a la pérdida de la virginidad. A esta intervención se someten mujeres que se ven obligadas a cumplir las exigencias culturales y sociales de sus países de origen. La operación consiste en la reconstrucción de la membrana -llamada "virgo"- que actúa como puerta natural de la vagina mediante puntos de sutura, siendo para ello necesario en algunos casos la extracción de un trozo de la pared vaginal.

Las operaciones de reconstrucción vaginal y rejuvenecimiento vaginal suelen durar de 1 a 2 horas, no exigen una recuperación más allá 24 horas de reposo y son bastante asequibles económicamente, lo que las convierte en una opción muy recomendable para mujeres de cualquier edad y condición social que quieran sentirse sexys y disfrutar mucho más de las relaciones sexuales.