Fantasías sexuales con el sexo en la mente

Las fantasías sexuales son representaciones mentales creadas por nuestro inconsciente que tienen como tema principal el sexo. Estas imaginaciones se insinúan durante la infancia, maduran con el paso de los años y cobran vida a partir del primer contacto con el sexo. Se producen de forma voluntaria o involuntaria en nuestro cerebro y, si bien suelen ser poco o nada comentadas con otras personas, son mucho más comunes de lo que pensamos.

Fantasías sexuales con el sexo en la mente

Es muy común confundir la fantasía con el deseo sexual. Sin embargo, mientras la primera se refiere a la evocación de una situación ficticia, el deseo es el anticipo de una situación real, con todas sus consecuencias.

Por otra parte, a pesar de la popular creencia de que el hombre tiene mayor actividad sexual y por lo tanto más fantasías sexuales, se ha probado que los hombres y las mujeres fantasean al mismo nivel, solo que de diferente manera.

Sería bastante complicado hacer un inventario de las fantasías eróticas masculinas, por ser tan numerosas y variadas como los individuos que las evocan. No obstante, muchas de ellas giran en torno a la desnudez y la seducción, siendo una de las más comunes aquella en la que el hombre sueña que una espectacular mujer se rinde completamente ante él, deseando complacerle por encima de todo. También se repite mucho la fantasía del harén, en la que el hombre despliega su amplio poder sexual para saciar a varias mujeres al mismo tiempo. Lo mismo ocurre con el concepto de sexo prohibido, representado especialmente con alguien que no es la pareja formal del hombre, lo que otorga a la situación una gran dosis de morbo.

Respecto a las fantasías sexuales femeninas, se repite mucho la situación de verse completamente dominada por un hombre grande y fuerte, y acabar manteniendo con él un coito salvaje, repleto de pasión y lujuria. También es muy común la fantasía de mantener sexo con un extraño. Casi siempre se trata de alguien visto por la calle, en el trabajo o en cualquier otro ambiente cotidiano, con el que la mujer sueña ir a un hotel o lugar desconocido para aliviar la tensión sexual existente entre ambos.

Paradójicamente una fantasía puede convertirse en una mala experiencia si se hace realidad, ya que esas imaginaciones suelen perder toda la magia que poseen cuando solo se encuentran en la mente. En cualquier caso soñar es gratis, y fantasear un poco no hace daño a nadie, ¿no crees?