Las mejores posturas sexuales para él y ella

Existen muchas formas diferentes de hacer el amor. De hecho, el Kamasutra recoge hasta 64 posturas sexuales diferentes. Sin embargo, muchas veces no acabamos de dar con las mejores posiciones para llegar al orgasmo masculino y femenino.

Las mejores posturas sexuales para él y ella

Nos guste o no, lo cierto es que hay posiciones más estimulantes para el hombre y otras más estimulantes para la mujer, puesto que, por lo general, ambos solemos disfrutar más cuando tenemos el control del coito. De ahí que el hombre suela obtener más placer con posturas como el clásico Misionero, en la que puede penetrar a la mujer con un movimiento perpendicular muy similar al de la masturbación masculina.

La somnolienta es otra de las posturas preferidas por el género masculino. Es la posición en la que la mujer se acuesta sobre un lado y el hombre se coloca de igual forma en su espalda. Se trata de una postura que ofrece bastantes posibilidades, ya que permite al hombre tocar los senos de la mujer, besar sus hombros, espalda o cuello e incluso estimular el clítoris mientras realiza la penetración.

El tornillo también es muy recomendable y fácil de llevar a cabo. La chica se acuesta de lado en el borde de la cama, girando las piernas hacia un costado. El hombre, por su parte, se coloca frente a ella de rodillas en el suelo, quedando en una posición que le permite penetrarla con agilidad y vigor.

La mujeres, en cambio, obtenemos más placer con aquellas posturas en las podemos hacer que nuestro clítoris roce contra el cuerpo de nuestra pareja. Es lo que ocurre, por ejemplo con la posición del misionero invertido, también llamada El jinete, en la que la mujer permanece arriba, controlando a su gusto el ritmo y movimiento de la penetración.

Las mejores posturas sexuales para él y ella

También cabe destacar La alineación coital, una postura muy similar a la de El Misionero, con la diferencia de que en ésta el hombre se coloca totalmente pegado a la mujer y a una altura superior a la de ella, realizando una penetración que emula el movimiento de la mecedora, lo que posibilita la continua estimulación del clítoris.

La postura de El perrito suele gustar en muchos casos tanto al hombre como a la mujer, ya que hace posible una penetración cómoda pero al mismo tiempo salvaje y morbosa, y además permite que cualquiera de los dos pueda estimular el clítoris de ella.

Por último, podemos mejorar aún más si cabe la práctica de muchas de estas posturas con el uso de vibradores para parejas, con los que conseguiremos aumentar el placer sexual masculino y femenino durante el coito y, con ello, las posibilidades de alcanzar el orgasmo.