Temores y prejuicios de las mujeres en relación al sexo anal

El sexo anal es una de las prácticas sexuales que cada vez más parejas incorporan a sus relaciones sexuales, pero siguen existiendo muchos prejuicios que hacen que muchas mujeres se cierren en banda a practicarlo.

Temores y prejuicios de las mujeres en relación al sexo anal

Años atrás, las parejas heterosexuales empleaban el sexo anal como una manera de disfrutar del sexo sin correr el riesgo de sufrir un embarazo no deseado. Hoy en día, con la utilización del preservativo, quien lo práctica es meramente por placer. El problema surge cuando los prejuicios impiden disfrutarlo abiertamente.

Las razones por las que aún un buen número mujeres rechaza el sexo anal son:

Dolor: El miedo a sufrir dolor es el principal motivo de las mujeres para no practicar sexo anal. Como bien sabemos, para que el sexo anal no sea doloroso han de dedicarse unos buenos preliminares para elevar la excitación y proceder al sexo anal cuando el cuerpo lo pida. Es fundamental ir despacio, introduciendo un dedos, dos, tres... hasta acabar en penetración. Todo esto con la ayuda de un buen lubricante anal que facilite la fricción y la dilatación.

La higiene es el segundo motivo para no querer practicar el coito anal. La vergüenza al imaginar que van a ensuciar el pene con lo imaginable dada la función de salida del recto anal. Pero para esto existe una solución cómoda y nada dolorosa: las duchas anales. En el sex shop tenemos todo lo necesario para realizar una buena preparación anal para disfrutar del sexo anal con limpieza y sin temores.

El sexo anal mal practicado lleva a pensar a la mujer que éste no es tan placentero y erótico como el sexo vaginal, pero nada más alejado de la realidad. Aunque sí es cierto que el sexo anal por sí mismo no lleva al orgasmo a ninguna mujer, lo que sí es cierto es que las sensaciones placenteras se intensifican enormemente al friccionar el clítoris y punto G a la vez que se goza de las sensaciones placenteras. Aparte que también incrementa mucho el placer sabiendo que el chico está disfrutando de forma más intensa al sentir el pene mucho más comprimido en el ano que en la vagina.

Simplemente se trata de saber hacerlo para tornar lo que sería dolor por placer verdaderamente intenso.